Este procedimiento se indica para mejorar el contorno de las mejillas, afilar un poco la forma del rostro y en general otorgar rasgos faciales más definidos y delicados.
Consiste en quitar parcialmente las bolsas de grasa que se encuentran en las mejillas. Esto se logra mediante una pequeña incisión dentro de la boca con anestesia local y usualmente en el consultorio. La recuperación suele ser rápida y se puede continuar trabajando normalmente, solo se puede esperar un poco de inflamación los primeros días, la cual cede con medidas muy sencillas.
La cantidad de grasa que se quita de la mejilla es aproximadamente del tamaño de una uva, no parece mucho, pero al quitarla la piel y los tejidos que se encontraban a su alrededor, en el proceso de cicatrización para adaptarse a la resección, mejoran el contorno de la mejilla y la cara en general, sin embargo, se debe estar muy consciente de que si bien, suele ser un cambio bastante agradable, también es sutil y por lo tanto no todas las pacientes son buenas candidatos al mismo. Lo mejor es siempre discutirlo primero con su cirujano.
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